viernes, 28 de noviembre de 2008

La convivencia y la separación (Por Lucio)

Charlaba esta mañana con un buen amigo mío. Tomábamos un café mientras bromeábamos y reíamos, lo típico entre amigos, cuando salió a la conversación el tema de moda: las dificultades de la pareja para la convivencia y las separaciones.
Este buen amigo es radical, cree que "huir" del emparejamiento es la solución argumentando que no encuentra a su mujer ideal con la que coincidir en todo. Yo por mi parte opino de forma distinta. En mi opinión, cuando una persona te llena, esa es tu media naranja. ¿Cómo sabes que te llena? No se puede saber, sino que se nota cuando se está con esa persona. Está de acuerdo conmigo, pero no se fía...
Una pareja no tiene porque tener los mismos gustos, las mismas aficiones, las mismas costumbres... No. Todo se basa en el respeto. Mientras esto exista, una pareja funciona. El cariño, la amabilidad, la entrega; son alicientes que hacen que ese "buen pastel tenga su perfecta presentación".
Compartirlo todo, las tareas domésticas, el cuidado de los hijos (si están de por medio), práctica de las aficiones de ambos... En fín, ustedes me comprenden. Igualdad de ambos, un reparto justo.

¿Cómo se forja el respeto?
Es tan sencillo como el saber estar. No romper las "normas" hechas por los miembros de la pareja y valorar al cónyugue como persona. Siempre con ese manto bello que es la sinceridad y el afecto.
En la pareja los dos cuentan por igual, pero eso no significa que en alguna circunstancia uno de los dos no pueda llevar más peso. Eso sí, amoldandose a la dicha situación. Aunque ya digo, sólo en circunstancias excepcionales.
Frente al machismo: no usar el feminismo. A veces esta segunda tendencia se vuelve en contra del hombre como persona. Simplemente mantener ese respeto al que aludía líneas atrás. El machismo no se erradica usando sus mismas armas ni tampoco si la mujer planta cara. No. La solución es una educación del hombre desde la infancia y una posterior manutención de esa misma educación por el propio hombre. De nuevo, siempre en base al respeto.

Ejemplo de situaciones:

-El hombre trabaja, la mujer se queda en casa. En esta situación ambos tienen el mismo peso pero de distinta forma. El hombre es encargado de llevar un sueldo a su hogar con el que mantener a su familia y de ayudar en lo que pueda, y la mujer está encargada de cuidar el hogar familiar.

-Ambos trabajan. Nada más sencillo. Ambos llevan un sueldo a su hogar para la manutención del mismo y la familia, y ambos deben colaborar de forma equitativa en el cuidado de ese hogar y esa familia.

¿Qué sucede cuando no se puede convivir?
Tan sencillo como la separación. Aún en la pareja donde pueda existir el resentimiento o se haya perdido el cariño y el amor, se debe mantener ese respeto. Vital para la solución pacífica y justa a ese conflicto.
¿Hay hijos de por medio?
Si se es de esas personas que creen que los hijos sufren cuando sus padres se separan se debe plantear la siguiente pregunta: ¿No es más terrible para un niño crecer en un entorno sin amor? Siempre hay que llegar más a fondo en las cuestiones.
¿Qué se puede hacer cuando la pareja no se pone de acuerdo a la hora de separar sus bienes?
Pues muy sencillo, mantener la calma y hacer un reparto equitativo. Es así de sencillo. Le moleste a quien le moleste. Ambos contaban por igual juntos y ambos deben contar por igual al separarse.

Desde Noble Valor pedimos una intervención "limpia" por parte del Poder Judicial. Ante una situación así proponemos que sea el juez quien haga el reparto bajo orden y que ambas personas deban respetarlo. Que sea el propio juzgado quien haga la separación equitativa de los bienes. Al 50% siempre.

Un cordial saludo

Lucio

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